En la religiosidad popular, San Ovídio es abogado contra las enfermedades del oído. Así, el pueblo le hace promesas de ofrendas –dinero, objetos de cera, es decir, orejas y cabezas– en espera de ser correspondido y curar las enfermedades.

A Santo Ovídio se le venera en una hermosa ermita situada en lo alto del cerro del mismo nombre, a la entrada de la ciudad, que data, en su configuración actual, de 1872 y sigue siendo un importante lugar de culto y peregrinación. Sin embargo, ya existía en el lugar una ermita, a la que hace referencia la documentación, que debió cristianizar algún culto pagano existente allí. En el tercer cuarto del siglo XIX se constató que la ermita no tenía capacidad para celebrar actos religiosos en honor al Santo, por lo que la cofradía decidió ampliar la capilla y el atrio que la rodea, momento en el que se hizo la imponente escalinata que da acceso al templo, facilitando así el acceso de los devotos. Desde tiempos inmemoriales, la fiesta de la romería del Santo, que siempre se celebraba el tercer domingo de agosto, tiene lugar, como hoy, un poco más abajo, en el llamado “Carvalhal o Devesa de Santo Ovídio”. En la Capilla hay tres imágenes: la del patrón, la de S. Brás, en honor del cual se celebra una fiesta anual en Santo Ovídio, el primer fin de semana de febrero, y la de S. Bento.

Santo Ovídio, u Ouvido, es uno de los mártires del cristianismo, ligado a los inicios de la Iglesia de Braga. Nacido en Sicilia (Italia), el Papa Clemente I lo envió a Braga, donde fue el tercer obispo, en el 95. Murió mártir en el 135 y está enterrado en la Catedral de Braga.

Fuente: http://www.portoenorte.pt/pt/o-que-fazer/festa-de-santo-ovidio/

Fuente de la imagen: Municipio de Fafe